viernes, 27 de junio de 2008

El principio del fin

Los acontecimientos políticos españoles han cobrado un ritmo frenético desde que el Sr.- Zapatero abordó la Moncloa. En este período temporal y en lo relativo a la conciencia política de los españoles -o por lo menos de sus capas más preclaras-, se pueden distinguir tres fases con límites imaginarios:

1ª Toma de conciencia de la situación.
2ª Comprensión cabal de la misma incluida sus causas, efectos y consecuencias prácticas.
3º Inicio de hostilidades, (en la que actualmente nos encontramos.)

No es sólo la Iglesia Católica la que emite constantes señales de resistir los ataques de los neonazis gubernamentales y tampoco la creciente movilización social “básica” que se empieza a producir con motivos de huelgas u otras desgracias incluidas las económicas, es también en el propio PP donde vemos que el PSOE no logra la adherencia incondicional de esa fuerza según sus planes. Las últimas declaraciones de algunos dirigentes del partido, indican que vuelven a estar “donde estaban” señalando que la protesta interna no ha cesado a pesar de la formalidad de su congreso. Al fin y al cabo el PP lleva 4 años con ese movimiento pendular.

Pero esta vez es definitiva, el intento de fusión PP-PSOE ha fracasado; no en la forma, porque D. Mariano se ha entregado con las manos atadas, sino en el fondo, en la resistencia interna sin integrar ni aplacar; y sobre todo en las bases y electores, que no aceptan la traición en “tiempo real” perpetrada por sus dirigentes vendidos al enemigo. De esta manera, el PP puede volver, en parte o todo, a la “crispación”. Pero ya es tarde, no sólo porque el desprestigio o desconfianza han traído incredulidad en el partido, es que esa inutilidad nacional ha llegado a límites infranqueables. Y es que la situación general y particularmente la económica, hace inminente las rupturas políticas y las protestas sociales, que pasarán sobre estas cuestiones como el viento por el árbol. Resulta entonces que el último acto de abierta traición(*) nacional producida en el PP, es a la vez la señal para la definitiva salida de la situación, aunque es natural que se prolongue en el tiempo por meses.

Pero todo obedece a una resistencia popular deshilvanada pero creciente, imparable e incontenible que hace recular a sus enemigos en todos los frentes. Incluso el pírrico órdago del lendakari es la iniciativa de un fracasado proyecto y dirigente. El retroceso de los neonazis es directamente proporcional a las groserías, insensateces o majaderias de sus “miembras”, estén donde se hallen, sean quienes hablen o con el tema que toquen. Y también está directamente relacionado con las iniciativas laicistas, eutanasistas, u otros de esa jaez. El tema político está zanjado para este régimen: se quedó gripado y está muerto; resta el vano intento de usar la fuerza militar.


Lo que se avecina es una descomposición general de mercados y circuitos económicos, además de una bancarrota total del Estado que dejará de atender muy pronto todo tipo de subsidios incluidas las pensiones. Cuando se inicie el desconcierto social, su panorama en una primera fase será caótico, y eso sin suponer enfrentamientos más que probables. La siguiente fase exigirá a los ciudadanos su propia organización técnico-social, para la cual están más que preparados pues son esos mismos ciudadanos los que sustentan, supervisan, inspeccionan, trabajan…en una palabra, hacen funcionar a la sociedad.

Y habrán de adoptar de acuerdo con la situación, un Estado y una forma política Nacional en las que sin lugar a dudas no estarán los enemigos gubernamentales de hoy en día.

(Si non e vero e ben trovato.)

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