lunes, 29 de septiembre de 2008

El Régimen Monárquico delenda est.

Entre quedarse en casa e ir al asalto de la Generalitat, media un espacio de tiempo y una adquisición paulatina en la conciencia social. En esas coordenadas se ha enmarcado la manifestación de ayer.

Pero dicho problema ya no está planteado en esos términos, se ha trasladado al Palacio de la Moncloa y a la Zarzuela, porque es el régimen monárquico el origen de nuestros males y quién está de sobras en la Nación Española. No quiere decirse que esta nueva formulación del asunto esté por ahora en las cabezas del suficiente número de personas, sino que la toma de esa conciencia ha desbancado al antiguo esquema de todos aquellos que pretendían arreglar los problemas de los catalanes dentro de la Autonomía. Este planteamiento hace tiempo que pasó a mejor vida y los problemas de Cataluña, junto a todos los demás problemas nacionales, han subido de rango y se han plantado en toda la Nación, exigiendo la abolición de la Monarquía, se han convertido en “el Problema” de España

De ahí la “frialdad” con que se ha analizado la marcha desde Urquinaona, de ahí las simplerías dichas por sus organizadores, de ahí la escasa asistencia, como también de ese hecho la ambivalencia de su resultado. Ha sido un triunfo de los ciudadanos porque han podido enseñar su resistencia y oposición a los opresores, pero ha sido un fracaso de sus organizadores que no han podido retener dentro de sus soflamas estériles y añejas el verdadero contenido de la manifestación.

Cuando se ha expresado el “pueblo” mediante consignas o parlamentos, han dado una medida real de las cosas, pero cuando lo han hecho los llamadores de la marcha como el escritor Arcadi Espada, no han podido ocultar su miseria política, su falta de realismo y su fracasado intento por constreñir el insuficiente movimiento ciudadano actual a sus delirios idealistas cuando no al enmascaramiento engañoso y abierto de la situación.

El presidente del fantasmagórico partido de C’s, Albert Ribera, ha dejado una muestra de la incapacidad y el cinismo derrotista de todos los ayudantes gubernamentales disfrazados de amigos, cuando ha declarado que en tiempos de Franco luchaban por el idioma catalán o vasco, y que ahora hacen “lo mismo” luchando por el bilingüísmo. Eso es un atropello a los intereses de los ciudadanos españoles aunque vivan en Cataluña, un lenguaje sumiso y venenoso, un retorno tramposo al pasado donde se originó este fracasado partido, otro nuevo intento de confundir a los ciudadanos y finalmente y a pesar de todo, un sometimiento en toda regla al movimiento de resistencia popular que ya no se deja manipular tan alegremente como antes y al que no le cuesta tanto trabajo reunirse. .

No ha sido bien recibida esta manifestación por los caciques del cortijo catalán, al fin y al cabo los “jornaleros” se les rebelan aunque hayan sido solamente unos miles. La manifestación ha servido para indicar el camino a otros miles de españoles que serán millones en breve por toda España, como ya se ha visto en otras ocasiones portando además la bandera Roja y Gualda; ha sido un hito jalonando el camino de la lucha, una señal indicadora de que el fuego existe y de que acabará arrasando a los causantes de tanto daño social en nuestra Patria.

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